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Sociedad | Profunda Misa en Homenaje al Papa Francisco en la Parroquia Santos Joaquín y Ana

La comunidad de Laprida despidió así al Papa Francisco, con respeto y devoción, rindiendo homenaje a una figura que supo representar lo mejor de los valores evangélicos y humanos

En una jornada marcada por el dolor y la reflexión, la comunidad de Laprida se reunió en la tarde-noche del lunes 21 de abril en la Parroquia Santos Joaquín y Ana para celebrar una Santa Misa en homenaje al Papa Francisco, tras la triste noticia de su fallecimiento. La ceremonia fue oficiada por el padre Rafael Díaz, quien tuvo un vínculo muy especial con el Sumo Pontífice: fue el propio Jorge Bergoglio quien participó en su ordenación diaconal en el año 1996.

La misa comenzó con palabras cargadas de emoción del padre Rafael, quien expresó:
“Como comunidad creyente, damos gracias a Dios por habernos regalado como pastor de la Iglesia al Papa Francisco. Como hijos de la Iglesia agradecemos su entrega hasta el final. Agradezco especialmente la presencia de nuestro intendente Alfredo Fisher, sé de su cariño también por el Papa. Ofrecemos esta misa con esta intención principal.”

Durante la celebración, se vivieron momentos de recogimiento y oración profunda, acompañados por los fieles presentes, quienes se acercaron a honrar la memoria de quien fuera una figura de guía espiritual, paz y humildad no solo para los católicos, sino para el mundo entero.

Hacia el final de la misa, el padre Rafael invitó al intendente municipal a tomar la palabra. Fisher expresó conmovido:
“La partida de Francisco ha sido un hecho que se ha lamentado a lo largo y ancho del globo. Para nosotros, los argentinos, es una sensación muy especial. Francisco fue un orgullo, un ejemplo y una luz para el futuro. Desde el municipio nos adherimos a esta jornada tan triste, declarando un duelo por siete días y disponiendo que todas nuestras banderas flameen a media asta.”

El intendente destacó también el impacto global del Papa Francisco, subrayando que su legado trascendió fronteras y religiones, llegando al corazón de millones a través de su mensaje de amor, solidaridad y justicia social.

La celebración concluyó con un recuerdo personal del padre Rafael sobre aquel encuentro con Bergoglio en 1996, cuando fue ordenado diácono.

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