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Fútbol | El fútbol reflejo de nuestra sociedad

En un evento que ostenta el encuentro familiar como es el ir a la cancha y hasta el ritual religioso que significa la unión de todos los hinchas por una pasión indescriptible en el campo de juego, hoy en día se han teñido los colores de la alegría por el tinte de la violencia. ¿Cuál es el verdadero fin que despierta este deporte?

El sábado 27 en el estadio Alejandro Minvielle, del Club Social y Deportivo Juventud en el partido contra el Club Atlético Lilan de octava división se encontraba Samanta Bertolotto en carácter de arbitra de fútbol con sus respectivos asistentes y en el marco del segundo tiempo por un fallo de la arbitra, validando el gol que se había dando en una de las últimas  jugadas provocando el 2 a 1, la tribuna comenzó con insultos y gritos contra el arbitraje.

El partido terminó unos minutos antes, el arbitraje tomó conocimiento de que las primeras quejas venían desde el banco de los suplentes de Juventud. Entre gritos e insultos Samanta visualiza a un hombre que la empieza a perseguir por todo el perímetro de la cancha, logrando ella distinguir quién era la persona en la tribuna de Juventud, esta persecución continua hasta la tranquera que está instalada para el ingreso a la cancha donde el agresor acrecentó su agresión constantemente a través de la reja a la arbitra.

“Fueron insultos delante de los chicos, que los propios chicos de juventud empiezan a llorar, obviamente fue hecho muy feo. Diciéndome absolutamente de todo. Denigrandome no solo como mujer sino como árbitro y policía que es otra de mis funciones que cumplo, con palabras muy hirientes, haciendo referencia a hechos que han sucedido acá que nada tengo que ver porque no trabajo en mi ciudad y todos lo saben” comentaba Samanata Bertolloto este medio día en Bien Despiertos por Radio Power 102.1 

Además el día domingo 28 también sucedió otro hecho en relación a los arbitrajes en Laprida, Sebastián Zabala, recibió ataque en un partido de fútbol de primera femenino en la cancha de Platense, donde una femenina le propinó un golpe de puño en el pecho a Zabala quien era el arbitro principal del cotejo. 

Situaciones violentas se están  dilucidando constantemente en el fútbol lapridense. ¿Son verdaderamente las buenas costumbres, el incentivo a la competencia y al de la unión colaborativa de llegar a un fin común lo que hoy se comparte desde este deporte? ¿La contemplación de vivir entre pares se creá desde un entorno armónico sin violencia? 

En vísperas de terminar el mes de las infancias, donde niños y niñas son espectadores e inclusive actores en esta disciplina caemos en la cuenta de que no hay una conciencia de cómo interaccionamos en estos entornos, chocando nuevamente con un tema recurrente en estos encuentros, donde las palabras, corporalidades y formas de relacionarnos tienen una postura desafiante y lastimosa frente a nuestros pares. Por lo tanto ¿Cuidamos la inocencia de nuestras infancias?

Todo niño y niña tiene como uno de los principales derechos el hecho de jugar. Dentro de este momento lúdico la competencia debería abarcar y ayudar en relación de la autusuperación de quienes lo practican y no estar inmersos en un contexto de violencia e intolerancia hacía el o las oponentes, ni a quienes imparten la justicia dentro de los juegos, recordando que toda ley o reglamento necesita de un juez que la administre y nos guste o no es deber de todo nosotros respetarla.

 

por Eliana Wilde

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